Mi historia comenzó en julio del 2000, pero vamos, que si me hubiesen dicho que comenzó en el 96 también me lo creo, porque da la impresión de que llevo aquí toda una vida; vamos, que la UOC y el colegio, al que vas cuando eres chico, son muy similares en mi vida. Vida que comenzó, pues, podríamos decir, como Benito y Compañía. Benito era yo, el que estaba perdío, el que tenía que empezar a familiarizarse con ideas como campus virtual, asincronía, PEC, GES... La compañía por aquellos tiempos eran pocas, tanto que en la oficina de Sevilla estaba yo y yo, y luego vía virtual tenía a los compañeros de Barcelona que tampoco es que me ganasen en número. De aquí a ahora ha ocurrido de todo: marejadas, fuertes marejadas, tiempo soleado, alguna tormenta, tiempo para ir a la playa y disfrutar... vamos, que Maldonado no se hubiese aburrido dando el tiempo en la UOC, y el Benito y Compañía, cada vez más compañía, han tenido trabajo por delante, duro, del bueno y del no tan bueno, pero sobre todo apasionado y gratificante, de estos en los que el gotelé al lado de un picasso queda de perla. Claro, que al final te quedan las anécdotas, como aquellas que cuentan los abuelos a sus nietos: "¿Te acuerdas de cuando a las sesiones informativas venían cinco y a uno se le ocurría preguntar al final de la misma si necesitaba ordenador para estudiar en la UOC (será cachondo, qué guasa hay en Sevilla)?... ¿De cuando la primera persona que informamos vino a la oficina y se encontró el teclado encima de la torre, el pintor en el despacho, el trompo intentándose mezclar en la conversación?... ¿O de cuando decías que llamabas de la UOC y te confundían con el WOP, el Te quiero Televisión...? "No, oiga, no soy la televisión digital sino la UOC, la Universidad Virtual"".

Ya veis, ahora encima soy trabajador y estudiante... Todo gira alrededor de la UOC.