Conocí la UOC a través de mis antiguos compañeros de la Escuela de Graduados Sociales de Valencia, pero en el momento en el que me propusieron iniciar los estudios de segundo ciclo no era un buen momento laboral para mí.
Dos años después, en abril de 2003, sufrí un accidente de tráfico (yendo en moto un coche se me llevó por delante). Como quedé bastante mal y me encontré con muchas horas de rehabilitación, pero también en casa, decidí matricularme. En esta situación tan particular, estudiar en la UOC fue abrir una ventana a muchas cosas, pero también compensar el enorme esfuerzo físico de la rehabilitación.
Ahora curso mi tercer semestre, y, si todo va bien, espero acabar el semestre que viene.