Conocí la UOC en la feria de AULA de Madrid. Estaba buscando una forma de continuar perfeccionando mi formación sin los problemas añadidos que me ocasionaba hacer compatible el trabajo de maestra, ama de casa y la universidad. Conocía la UNED, pero mis breves contactos con ella me parecían muy arduos y solitarios. Me matriculé sin saber muy bien ni en las asignaturas que me matriculaba ni la metodología que se iba a emplear. Mi experiencia ha sido gratísima, sorprendente y sobre todo tremendamente cálida. ¿Lo mejor? La cercanía de la gran mayoría del profesorado y de muchísimos compañeros. ¿Lo curioso? El "enganche" de la evaluación continua y sus muchos trabajos en grupo. Nunca imaginé que cuando estás a punto de tirar la toalla por el agotamiento del final de trimestre laboral y estudiantil... tengas unas notas y unos compañeros que te ayuden al sprint final, a sacar fuerzas de no se sabe muy bien de dónde y que... acabes con cenas, no virtuales, tras los exámenes con compañeros de variopintos lugares de nuestra geografía.