Aburrida en Bruselas del frío, la falta de sol, la nostalgia de mi isla y desconectada de mi profesión, de repente un anuncio de la UOC en el Instituto Cervantes. Un año viviendo entre Vilanova i Sitges, ¿será suficiente para estudiar Psicología en catalán? Con un poco de miedo, la matrícula en septiembre del 2001 y un nuevo mundo que se abre: estupendos profesores, inmejorables compañeros, buen material y vuelta al mundo de la universidad.
Creando adeptos en Bélgica y Luxemburgo. Y ahora de regreso a Tenerife sigo en la UOC, que para mí ya es mi universidad, por todo lo que me ha dado, por llegar a mi vida en uno de los peores momentos.
A todos aquellos que hacéis posible esto, gracias.