Era un pensamiento que me iba viniendo a la cabeza cada vez que cumplía años, a partir de los 25 sabía que podía acceder a la universidad, ¡pero no me decidía! ¡Incluso estaba a punto de caer en el desánimo y en la conformidad, en la aceptación total de que no podría hacer de mayor lo que no había hecho cuando tocaba! Cuando mi primo (consultor de la UOC) me explicó el funcionamiento de la universidad no lo dudé. Automáticamente mi autoestima se multiplicó por 100. ¡Corría el año 99 (parece ayer) y ahora me quedan 14 asignaturas para acabar la carrera de Psicología! ¡No puedo entender el proceso de construcción de mi identidad sin la UOC! ¡No puedo llevar un ritmo de vida cotidiano que no tenga algo que ver con la UOC! ¡No puedo conectarme a Internet sin antes pasar por la página de la UOC!