Fue en Florencia en el año 2001, mientras trabajaba en el laboratorio de una empresa farmacéutica y vivía con mi compañera, Marta, cuando vi que no únicamente de ciencia vive el hombre. Entre tanto arte y tantas impresionantes vivencias durante aquellos 6 meses, el ambiente florentino y Marta -estudiante en aquellos momentos de Empresariales- me impulsaron a cumplir uno de mis sueños desde pequeño, es decir, estudiar historia y filosofía. ¡Augurio amici!