Quince años después de acabar mis primeros estudios universitarios, de ser un hombre polifacético (tener un negocio propio, dar clases...), tener hijos y mujer, y unos padres que necesitan de mi ayuda, y de no tener Internet en casa (esto también cuenta), decidí intentar volver a estudiar.
Mi alegría fue ver que "todavía sirvo" y que gracias al método de evaluación continua de la UOC, nada es imposible.
Han pasado tres años desde que me matriculé, y este año me licencio.
Gracias a la UOC por poner los medios, a Dios por darme la voluntad y a mi mujer por todo lo demás.
Ánimo para los que empezáis o queréis empezar, ¡adelante!