Descubrí la UOC por un compañero de trabajo a mediados de 1999. La idea me conquistó en seguida: era la manera de finalizar mis estudios de Derecho, que, a pesar de haber completado el primer ciclo en una universidad presencial, había dado ya por definitivamente abandonados por el hecho de dedicarme a una profesión con horarios difíciles y encontrarme entonces trabajando muy lejos de casa. Otra dificultad añadida era que ni siquiera disponía de ordenador y sabía muy poco de informática e Internet. En enero de 2000 empecé mi segunda etapa de estudiante. Poco a poco (los inicios fueron difíciles por aquello de no tener mucha práctica en informática), no sin haber pasado por algunos tropiezos personales (cambios de trabajo, de estado civil, de residencia, etc.), de forma progresiva voy aprobando asignaturas y me llena de orgullo deciros que ahora ya tengo el final de la licenciatura al alcance de la mano. Ha sido una auténtica proeza. También he de deciros que en la UOC siempre me he encontrado muy a gusto. Nunca en la vida me hubiera sentido con ánimos de finalizar una carrera tan dura como es la de Derecho en una universidad sin las particularidades de la UOC. Matricularme aquel otoño de 1999 fue una decisión valiente, quizás una de las más acertadas que he tomado nunca. Gracias y saludos a todos.