Fue en octubre de 1999 cuando decidí solicitar el acceso a la licenciatura de Filología Catalana de la UOC. Cada miércoles y viernes, cuando iba a estudiar chino a la Escuela Oficial de Barcelona, pasaba por delante de la puerta del centro de apoyo de Drassanes. Un día entré y, después de pedir información sobre la licenciatura, me arriesgué a inscribirme, sin saber cómo iría. El primer semestre, como todo el mundo, sufrí un poco por el Campus Virtual; luego, poco a poco, la misma estructura del Campus se fue modificando hasta llegar a ser lo que es ahora. Realmente en estos cinco años que hace que empezó mi relación con la UOC, los estudios y el formato de presentación han ido mejorando progresivamente. ¡Estoy a punto de volverme una adicta al estudio!