UOC, 10 años de historia
Francesca Parera Terol (Estudiante)
Había intentado en tres ocasiones iniciar una licenciatura asistiendo a una universidad presencial. Siempre había considerado indispensable la vivencia directa, sentido la necesidad de involucrarme y participar físicamente, estar allí, sentirme rodeada de los compañeros y escuchar la voz de los profesores, como una manera más fácil de retener los conocimientos y aprender de ellos. Pero en las tres ocasiones fracasé y lo dejé. Me cansé. ¿Razones? La interferencia de otras actividades formativas relacionadas con mi trabajo, las responsabilidades familiares, las guardias y, también, por el esfuerzo que me suponía desplazarme de una ciudad a otra.

Durante dos años vi los anuncios de la UOC en la prensa. Una compañera empezó a estudiar Psicopedagogía... Otra me empezó a animar para hacer la licenciatura de Humanidades...

Yo me resistía por el miedo a todo lo que nos es desconocido. El poco dominio de la informática. Iba mirando los anuncios... Pedí información de diversas licenciaturas. Incrédula de salir adelante y desconfiando del éxito a causa de las experiencias anteriores, tomé la decisión.

El resultado es que he empezado el tercer semestre. Porque en poco tiempo superé todos mis pesares, mis miedos. El inicio con una asignatura que me parecía muy difícil se convirtió en un primer paso para alcanzar la seguridad. La afable, comprensiva, impagable comunicación con el consultor, la tutora y los compañeros me fue introduciendo en un mundo inesperado, gratificante y generoso que hoy no cambiaría aunque no conozco personalmente a nadie. Vale la pena el esfuerzo y las horas de dedicación. Nunca te encuentras solo a pesar de la distancia. Siempre hay alguien con quien compartes el objetivo de aprender.

Ahora aprovecho toda ocasión para hablar de la UOC, de su organización, de los servicios que ofrece, de sus excelentes profesores, de la adaptabilidad de su sistema que hace posible lo que creía imposible... Me faltan calificativos.

Volver