Para mí, elegir la UOC fue una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. Recuerdo que intentaba combinar mis estudios presenciales con el trabajo en una consultora informática. De locos.

Pasaban los semestres y todo estancado. A punto de abandonar demasiadas veces. Y un primer día de curso, fui al aula donde teníamos la clase de presentación de una asignatura de aquéllas en las que se juntan alumnos de demasiadas promociones.

Yo venía directamente de un cliente, con maletín, corbata y traje. Cuando la gente me vio llegar, pensó: "un profesor", y se fueron sentando muy formalitos. El silencio que había cuando entré en el aula me dijo muy por lo claro que yo ya no pintaba nada allí.

Fui de repente desde Alicante hasta Tortosa. Aún recuerdo la sensación de libertad al volver, con la ventanilla bajada y el convencimiento de que había pasado página. Ahora iba en serio.

Desde entonces, mucha fuerza de voluntad, millones de PEC, exámenes y pruebas diversas. Tantas noches y fines de semana dedicados a la UOC que ni me acuerdo. Trabajo y esfuerzo bien invertidos.

¿Y ahora? un buen puñado de amigos hechos en el camino, un objetivo personal largamente esperado que llegará dentro de 18 días, el próximo 10 de enero de 2005. ¡Ah!, y unas palabras que tenía muchas ganas de ver en mi Campus: "trabajo de final de carrera".

Lo volvería a hacer. Quizás lo volveré a hacer pronto. Nuevas metas con la UOC. Sé que pronto volveré a Tortosa.